A MIS 50 AÑOS
A MIS 50 AÑOS...
Soy un hombre que no envidia nada.
No envidio la musculatura de un joven, porque la tuve en su momento y acepto el paso de los años.
Ahora veo mi transformación y estoy contento, porque sé que mi cuerpo y mente cambian. Maduro sí, pero pleno también, un hombre que disfruta amar, compartir, que no tiene complejos, ni prejuicios.
A mis años, no deseo tener la piel sin arrugas, cuerpo tonificado o sin la panza, porque he vivido y vivo en plenitud, he aumentado de peso, he perdido batallas así como otras he ganado, paso por la dicha e inmensa felicidad de ser padre, he corrido el riesgo de dar rienda a mis locuras y varios placeres que nos da la vida.
He ganado batallas contra la muerte, y este cuerpo ha sido resistente, y le aplaudo su valentía, su bondad al resistir cada día sus pasos y compartir con los tesoros más valiosos de mi vida.
A mis años no envidio un rostro sin arrugas o terso, porque hoy han pasado los años, incontables desvelos, problemas, enfermedades, triunfos, logros, alegrías y tristezas.
A veces no he podido sonreír y otras he reído a carcajadas...
Y este rostro que ahora tiene marcas, son las huellas que ha dejado cada sonrisa, cada lágrima, cada enojo.
Cada día en la ciudad, playa, campo, y cada verano e invierno.
Estas huellas que representan momentos, instantes, anécdotas, vivencias, experiencias.
Quizá no sea tan impecable como a los 17, pero es fuerte a mis años, porque es mi vida que ha dejado líneas en mi rostro, huellas en mi corazón por amores pasados y/o amistades que marcaron una época, como recordatorio de que sigo vivo...
A mis años, no necesito verme más joven, atraigo más miradas a ésta edad tal vez por la experiencia y seguridad que transmito, elijo con claridad quién está en mi vida, y quien tiene que salir.
No tolero desaires, ni inseguridades.
No permito que me intoxiquen, ni que me manipulen.
A mis años, no celo, no reviso celulares, ni vigilo a nadie.
A esta edad, me gusta que me quieran, que me amen.
Y si ya no me quieren, tampoco quiero.
Y si no me aman, abro la puerta, a nadie ato, a nadie tengo a la fuerza.
A mis años, no estoy para mendigar, estoy para recibir a toneladas, a borbotones lo que di, doy y daré...
Estoy para vivir, no para sufrir.
A mis años, sé quiénes son mis amistades, y las cuento con los dedos, porque tengo pocas, pero son de poca...
Son mis confidentes y confío en ellas.
Y son únicas, porque yo sólo estoy con quien quiere estar conmigo.
Yo no reclamo ni exijo amistad.
Si alguien me falla, se va.
Y punto final.
Se perdonar, pero se alejarme también de quien me lastima o de quien no merece palabras ni acciones.
A mis años, me visto a mi manera, me peino como quiera, a veces puedo ser elegante, formal, impecable, alineado y otras informal, sport o simplemente un hombre común y pasar desapercibido, a veces la pijama permanece sin que me preocupe nada, porque a estas alturas no me afecta que dirán de mi, ni pretendo quedar bien con nadie.
Quien me ama, sabe que hoy puedo estar sin poses ni formalismos y me acepta así.
Y también sabe que puedo ir a la tienda con mi mejor traje simplemente porque me dió la gana verme así...
A mis años, no voy a cambiar por nadie.
Si me equivoco, asumo mis consecuencias
A mis años, no permito que nadie me juzgue.
Me permito cometer errores
Me castigo algunas veces,
Pero me aplaudo mil veces más.
A mis años, no necesito que nadie me reconozca, ni que vean mis logros, porque mi trayectoria habla de mi.
Yo me abrazo, yo me felicito, yo me reprendo.
A mis años, sé confiar en Dios, porque he recorrido camino con el.
Lo he conocido y sé que no falla.
Se cuando quiere probarme y abrazarme.
Se caerme en sus brazos, y dejar que el actúe en mis perplejidades y dificultades.
Sé, que aunque soy un hombre, siempre seré como un niño que se acurruca en los brazos de su madre o de la mujer que amo.
Y me rindo a sus pies.
A mis 50 años aprendo y comparto de mis tres hermosas, inteligentes, valientes y grandiosas hijas (Jossy, Ana Paula y María Paz)
A mis años...
No voy a lucir para los demas.
No voy a dejar nada por nadie.
A mis años, soy libre.
Libre de pensamiento, de decisión.
Libre dentro de mis valores y principios.
A mis años, doy en abundancia amor, amistad y lealtad.
Si me corresponden soy felíz y si no, doy las gracias y adiós.
Y eso me hace inmensamente felíz.
A mis años, no molesten...
Soy ese hombre siendo yo, y no deseo ser interrumpido.
Es un placer ser yo, no paro, no me detengo y continuaré cada batalla y cada instante con valentía, coraje, felicidad, certeza y errores.
#Marcosjfc7 #MiVidaMisReglas #Since1970
A mis 50 años...”
Comentarios
Publicar un comentario